INSTALACIÓN DE UN CRIADERO INTENSIVO DE AVES
Por Martín Camacho Morales
Ilustraciones: Eduardo Mena Reynoso


La construcción de un criadero intensivo de aves puede realizarse en un área que puede ir desde 2m x 2m hasta una hectárea, en zonas rurales o urbanas, con materiales como la madera, hierro, cemento, tabique, adobe, etc. La forma puede ser muy variada, ya sea rectangular, piramidal, cónica o de media esfera, esto depende del gusto y posibilidades de quien lo construya.
Si el espacio destinado para el criadero es de 8 a 10 metros, puede subdividirse en tres o cuatro módulos y trabajar con igual número de especies, cada una colocada en un módulo. El número de parejas dependerá de las dimensiones del mismo, aunque se recomienda colocar seis parejas por módulo para propiciar la selección natural entre machos y hembras y retirar las hembras que no se hayan acoplado en un tiempo razonable.
Los módulos pueden estar unidos entre sí en línea recta, en circunferencia, o aislados. La altura y dimensiones de los módulos se determinará por el tipo de ave que se introduzca: si son aves de medio vuelo se recomienda un módulo de 4-6 m de longitud por 2-3 m de altura y 2.5-3 m de ancho. Se recomienda que sean especies de tamaño pequeño, como canarios, gorriones o pericos australianos.
Los módulos de vuelo entero deben ser muy altos, por lo menos de 6-10 m de altura.

Los módulos menores a los 2 m dificultan los trabajos de aseo, colocación y revisión de nidos, ya que al introducirse una persona al módulo las aves no tienen espacio para refugiarse y se estresan, vuelan de un lado a otro chocando contra las paredes y corren graves riesgos. Para este tipo de módulos se sugiere la instalación de una cortina intermedia que divida al módulo en dos partes; así, cuando las aves vayan a un extremo del módulo se corre la cortina y permiten asear una mitad del módulo y posteriormente se realiza la misma maniobra para asear la otra parte.
Los recipientes de agua y alimento deben colocarse cerca de la puerta de acceso, de manera que puedan manejarse sin necesidad de entrar.

Medidas importantes para el éxito en los criaderos de aves
Existen detalles que deben considerarse durante la construcción del criadero, durante el ingreso de aves y sobre el mantenimiento y plagas.

Durante la construcción
En primer lugar, hay que definir el sitio donde colocaremos la jaula. El sitio debe estar libre de corrientes directas de aire, de humedad excesiva, de preferencia en un lugar ventilado y con sol. Es recomendable que el terreno sea plano y que el suelo sea lo más permeable posible. Evítese colocar el albergue en una pendiente muy prolongada o en suelos irregulares, debido a que la estructura de la jaula puede sufrir daños a largo plazo.

Si el criadero cuenta con cimientos, éstos deben estar a una profundidad de 30 a 40 cm; si carece de cimientos, la malla de alambre que se utilice para el criadero debe enterrarse a esa distancia, esto evita el paso de depredadores terrestres a nuestro albergue.
El material de construcción dependerá del presupuesto y del material disponible para cada región; el único material imprescindible es la malla de alambre, generalmente se ocupa la de tipo gallinero (de aberturta pequeña) en la mayoría de las aves. Si las aves sobrepasan los 50 cm de largo, se recomienda la malla en forma de barrote, que es más fuerte y su forma dificulta que las aves puedan morderla.
Al colocar la malla en el albergue es importante no dejar aberturas que permitan la fuga de las aves, así como evitar que queden puntas que puedan herirlas.

Los postes, soportes o ángulos de la jaula podrán ser de cualquier material resistente, de preferencia de acero por ser más resistente e higiénico. Si los soportes son de madera, se recomienda que sean lo más lisos posibles, pues en las grietas se pueden alijar parásitos no deseados. No se recomienda el uso de la madera en albergues para loros de gran tamaño, ya que tienden a morderla y pueden dañarla.
Las puertas deben colocarse en la parte lateral o trasera del albergue, y deben contar con un pasador con manija para que sea segura. En criaderos más elaborados puede colocarse un pasillo de manejo en la parte trasera del albergue (techado y cubierto con malla) dentro del cual estarán las puertas de acceso a los módulos, para así evitar alguna fuga.
Los techos son indispensables para un criadero, ya que las aves necesitan protegerse contra la lluvia y el sol y podrán ser de cualquier material resistente e impermeable. El tipo de techo más recomendable es el de lámina de fibra de vidrio, el cual debe fijarse bien a la estructura para evitar que se vuele con algún viento fuerte. Debe techar sólo medio albergue a lo largo, para que el sol pueda entrar.
Si se construyen comederos y bebederos de cemento, éstos deben instalarse cerca de la puerta para facilitar el manejo, aunque es poco recomendable hacerlos de este material puesto que es difícil limpiarlos y pueden ser un foco de infección para las aves.
Si el albergue no cuenta con protección contra el viento, como una pared, puede hacerse una cortina con plástico, yute, tela, o plantas enredaderas que cubran las paredes de la jaula, aunque debe tomarse en cuenta que algunas especies, como los pericos, mastican las plantas y las destruyen.
El piso del criadero debe tener una ligera inclinación para evitar encharcamientos, preferentemente con drenaje. Puede ser del material de su elección, de preferencia tierra con una capa de grava para mayor higiene. El cemento es poco recomendable.
Siempre que se construya un criadero hay que pensar en un área alejada o separada que sirva como área de enfermería o cuarentena, para poder separar a un ave enferma y evitar contagios. Es suficiente con un pequeño cuarto con ventana, en donde haya un botiquín con medicamentos y jaulas especiales (conejeras o comerciales) para apartar a las aves.


Durante el ingreso de aves al criadero
Debemos familiarizarnos primero con la especie que planeamos introducir, para ello debemos informarnos acerca de su conducta, alimentación, ciclos reproductivos y su biología. Esto permitirá entender mejor su ciclo de vida y tratar de imitarlo en el criadero.
Es recomendable tener una bitácora de seguimiento, en la cual se anotarán fechas de ingreso, nacimientos, conductas, etc., que nos servirán para llevar un control sobre el criadero.
Regularmente en cada albergue colocaremos una sola especie; de no ser posible tendremos que comprobar la compatibilidad, es decir, si pueden vivir juntas dos especies distintas de aves. Si hay peleas frecuentes o persecuciones tendremos que separarlas. En ocasiones una sola ave es la que causa conflictos, sólo hay que separarla y no considerar las especies como incompatibles.
Es muy importante la adaptación o el tiempo que tardarán las aves en acostumbrarse su nueva vida. Esta adaptación depende de muchos factores, básicamente la dieta, las condiciones climáticas, la compatibilidad, las instalaciones y el grado de perturbación a las que son sometidas. Si estas condiciones son las adecuadas, las aves se adaptarán rápidamente. Las aves silvestres tardarán más tiempo que las exóticas pues no están acostumbradas a la presencia humana.

El presente artículo forma parte del curso-taller de capacitación para la conservación y manejo sustentable de la vida silvestre (avifauna).

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